sábado, 26 de noviembre de 2011

Historia

Primeros pobladores


Existen varias teorías sobre el poblamiento de Chiloé. Algunas postulan que parte de la población aborigen tenía origen polinésico, y otras que toda la población procedía de descendientes de la migración que llegó a América por el Estrecho de Bering. La teoría más aceptada hasta el momento es la segunda, que postula que el poblamiento se realizó por vía terrestre antes de la separación definitiva de la isla en el final de la Era Glacial, alrededor del 8000 a. C. por parte de pueblos indígenas del sur de Chile, y posteriormente en embarcaciones de madera que cruzaron el canal de Chacao. Los vestigios humanos más antiguos están fechados en 5.000-6.000 años y se encontraron bajo una vivienda en Puente Quilo en la comuna de Ancud.
Los chonos son los primeros habitantes conocidos del archipiélago, pero posteriormente fueron desplazados hacia el sur por los huilliches, el grupo mapuche de la zona sur. Los chonos eran excelentes marinos que podían navegar extensiones de miles de kilómetros en sus embarcaciones llamadas dalcas. Una de sus costumbres era el curanto, una comida hecha en un hoyo en la tierra que se cocina con piedras recalentadas y se cubre con hojas. Luego de su contacto con los huilliches también practicaron incipientemente la agricultura, principalmente de la papa, mientras que los huilliche eran agricultores que adoptaron las costumbres marineras de los chonos a causa del contacto cultural y de las necesidades que les impuso el medio.

Conquista española
Este proceso empezó con el descubrimiento de América por Colón en 1492, y el posterior descubrimiento del Estrecho de Magallanes en 1520 por Hernando de Magallanes. En 1540 Alonso de Camargo avistó las costas de Chiloé mientras viajaba al Perú. Años después, Pedro de Valdivia organizó una expedición con el fin de recolectar información geográfica. Puso al mando de la expedición al capitán Francisco de Ulloa, quien llegó al Canal de Chacao en 1553, y recorrió las islas del archipiélago. Él es considerado el primer europeo en conocer Chiloé.
En 1558 Juan Fernández Ladrillero ingresa a los canales de Chiloé y toma contacto con los aborígenes. Ese mismo año, García Hurtado de Mendoza inicia otra expedición que toma posesión de estas islas para la corona española. En 1567 comienza el proceso de conquista en Chiloé, fundándose la ciudad de Castro. La isla fue originalmente bautizada con el nombre de Nueva Galicia, pero ese término no prosperó y se mantuvo la voz huilliche Chiloé.

Colonia


Después del desastre de Curalaba (1598), en que los mapuches vencieron y mataron al gobernador de Chile, Chiloé quedó separado del resto de las posesiones españolas porque todas las ciudades entre el río Biobío y el canal de Chacao fueron abandonadas o destruidas. Los españoles solicitaron repetidas veces despoblar las islas a causa de la miseria y el aislamiento en que decían vivir, pero no se les hizo caso por la relevancia estratégica que este asentamiento tenía para España.
En 1767 el rey autorizó al virrey del Perú para que se hiciese cargo de su defensa y entregara su gobierno al militar que el mismo dispusiera. Amat, usando dicha atribución al año siguiente, reemplazó al gobernador de Chiloé Manuel Fernández de Castelblanco por el capitán Carlos de Beranger y Renaud. La anexión de Chiloé al virreinato tuvo el carácter de transitoria, pues el decreto del virrey Amat señalaba que era sólo "por ahora y mientras duraren las operaciones que se van a emprender para su fortificación", tarea que cumplió Beranger levantado el Fuerte y Villa Real de San Carlos de Chiloé, actual ciudad de Ancud (1768). Finalmente, en 1784 se creó la Intendencia de Chiloé, dependiente de Lima, en vez de estar bajo la jurisdicción de la Capitanía General de Chile.
En los primeros años los mercedarios y franciscanos estuvieron a cargo de la labor espiritual. En 1608 llegaron los primeros jesuitas, y en 1612 fundaron la primera iglesia en Castro para evangelizar a los nativos. Los jesuitas fueron haciendo capillas por todo el archipiélago; para 1767 ya había 79, y hoy se pueden encontrar más de 150. Tras la expulsión de la población jesuita en 1767, la Orden Franciscana asumió la asistencia religiosa de la isla desde 1771.

Periodo republicano


Después de la independencia, Chiloé se vio beneficiado con la apertura del comercio y fue centro de abastecimiento de los balleneros extranjeros. Desde mediados del siglo XIX y hasta principios del siglo XX fue el principal productor de durmientes para ferrocarriles en todo el continente. A partir de entonces comenzaron a formarse nuevos pueblos para dedicarse a la industria, así nacieron Quellón, Dalcahue, Chonchi y Quemchi. Desde 1895 se fueron entregando tierras en el norte de la isla a colonos alemanes y de otros países europeos y en la zona sur y oeste también a grandes industrias productoras.
El año 1843 una goleta de la Armada de Chile construida en Ancud y bautizada con el mismo nombre condujo un destacamento que tomó posesión del estrecho de Magallanes, reclamado por Chile, pero sin soberanía efectiva hasta entonces. Luego de la fundación de Punta Arenas en 1848 y del establecimiento de estancias ganaderas en la Patagonia a fines del siglo XIX, se produjo la emigración de chilotes hacia la Patagonia argentina para luego ingresar a las regiones de Aysén y Magallanes, en un proceso que disminuyó solamente a partir de la década de 1980. Por esta razón toda la Patagonia chilena posee un número relevante de población chilota o descendiente de chilotes.
Con el auge de la ganadería se comenzó a ocupar la zona interior de las islas, pues antes sólo se ocupaban las costas. Con la construcción del ferrocarril entre Ancud y Castro en 1912 se afianzó la ocupación de las tierras interiores del este de la isla. Este ferrocarril quedó fuera de servicio en 1960 por los daños que sufrió luego del gran terremoto ocurrido ese año.

A finales del siglo XX, Chiloé siguió el modelo impuesto en todo Chile y experimentó cambios en sus sistemas de vida. Las nuevas empresas de acuicultura, como las salmoneras, trajeron beneficios para los chilotes, como la generación de empleos, pero también problemas, como la alteración de los ecosistemas.
En 1972 se presentó por primera vez el proyecto de construcción de un puente que permitiera unir la Isla Grande con el territorio continental. La idea de la construcción de este viaducto sólo comenzaría a concretarse durante el gobierno de Ricardo Lagos el que lanzó el proyecto como parte de las obras para celebrar el Bicentenario del país. Sin embargo, durante 2006, el proyecto del Puente Bicentenario fue cancelado luego que el costo estimado superara con creces lo presupuestado inicialmente.

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